Ciudad abierta

Cada año Jerez crece en extensión y aumenta en población. Es normal para una ciudad en continuo avance social y económico. Pero, la particularidad de esta ciudad es su carácter abierto. Y este concepto se lo doy por la idiosincrasia de su gente. Los jerezanos son particularmente personas amables y de buen corazón. Y ese sentimiento de amabilidad y de solidaridad se nota en el ambiente tranquilo de su población. A pesar de que el paro asume a la ciudadanía en una inmensa melancolía que solo con su carácter alentador y optimista suele abordar ayudándose entre ellos.
La población aumenta y las perspectivas de paro también. No existe en el jerezano una actitud emprendedora generalizada para abordar los negocios como lo haría un catalán o un vasco. La mentalidad de un pueblo oprimido por la intransigente "aristocracia terrateniente y bodeguera" no sabe decir: ahora, sí. Carece de decisión por circunstancias históricas. Más de uno de nosotros descendemos de un jornalero. La pobreza y el sentir de supervivencia en un período dominado por la intransigencia de "los poderosos" nos ha abocado a un sin saber como solucionar los problemas para crear trabajo. Pocos profesores habían que fueran de Jerez en nuestras escuelas de hace treinta años . Todos venían de otras partes y decían siempre lo mismo: "es que no sabéis esto", "es que no hacéis esto", yo siempre les decía: pero, ¿qué es lo que tengo que hacer?, ¿qué es lo que tengo que saber?. Ahora, gracias adiós, podemos decir que en Jerez hay profesores que son de nuestra ciudad y que podían transmitir a sus alumnos esa lucha por mejorar, crear, imaginar desde su ciudad, desde él mismo, en su mundo. Pero,.. amigo ¡ ahora hay otro problema!. Después de vivir una infancia donde solo te podías comer un polo y compartirlo con tus hermanos hemos pasado a comprarle a los niños una caja entera. El mal criamiento, la individualidad, etc está llevando al joven a no querer luchar, a ser apático. Y eso sí que no lo podemos consentir. La fuerza de una persona para mejorar en su entorno es el derecho y el deber a desarrollar su voluntad. Esa voluntad es la fuerza para crecer. Esa voluntad hay que mimarla y apoyarla. Hay que hacerla crecer. Nosotros los mayores sabemos cuanto importante es "pued0 por que quiero". Pero el alumno ve "no quiero porque no puedo". Por eso debemos guiarle bien, hacia un futuro libre y práctico. Que permita desarrollar actitudes y aptitudes para bien suyo personal y comunitario. ¡Jerezanos jóvenes! hay que aprender a saber mirar antes que a saber hablar. La voluntad es el signo de un desarrollo madurativo correcto. Hasta otra.